Creemos que la adoración, que no solo tiene que ver con música, sino que sobre todo con una postura de corazón, es un espacio donde Dios se deleita y se manifiesta con su presencia. Creemos que es en un ambiente de adoración donde el Espíritu Santo habita y por ende el Reino de Dios se manifiesta con todas sus cualidades.
Queremos ser una iglesia que encuentra su deleite y propósito en simplemente estar postrados en adoración ante Él, tal como lo hizo Maria rendida a los pies de Jesús, queremos saber elegir la mejor parte, que es su presencia.